Ya ni sé
para qué te escribo
si he cerrado todas mis puertas,
para que solo entre tu ausencia.
Yo te escribía
y tendía puentes de letras
para pasar al otro lado
de la brava cordillera.
Pero
nos aconteció un terremoto;
nada quedó en pie,
dejando solo promesas rotas.
Solo nos queda surcir fronteras
abiertas entre dos abismos.
El tuyo cerca del mar;
el mío al lado de las montañas.
miércoles, febrero 12, 2014
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