Todas las lágrimas

No busques más donde fuimos,
es tarde. El último tren ha partido.
Lejos, en los hangares
han quedado besos fríos en un banco.
Tú habías dicho todo con la mirada;
el ruido secó todas las lágrimas
al estallar en tus mejillas aquel adiós.

Las hojas han caído,
son como un tul dorado, llegado el atardecer,
bajo las sombras de los pinos; allá
entre las lápidas lustrosas del cementerio.

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