Arropada,
poco más que con un verbo,
venías a cada instante a verme.
Yo bien recuerdo tus besos
acunando las flores en mis poemas
como si el días te hiciera de sueños.
Yo te busqué...
en mis latidos y en el tic tac
de un péndulo oxidado
por tantos desvelos rotos.
miércoles, febrero 12, 2014
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