Una mascota

Hay veces que te rozo con un verbo
y los días se alborotan en la cocina.

En realidad, yo solo quiero una mascota
que sepa lavar, planchar y hacer de comer;
que no pretenda
que la riegue diariamente

y que además,
me cuente en resumen las noticias,
filtrando sus lágrimas de sensibilidad.

Es cierto, quizás estoy viejo
y algo más que intolerante a los desencuentros.

La prefiero sin plumas,
pero que sepa volar cuando es preciso;
y si se anda en cuatro patas, que sea silenciosa;
pues no me gusta que le ladren a mi silencio.

En fin, yo solo quiero una mascota
que sepa lavar, planchar y hacer de comer.

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