De este otro lado de las sombras
hay besos que me han remitido a ti
sea ya por húmedos y tibios
o por ese desasosiego de la sed
como manera furtiva de buscarnos
encontrarnos y devorarnos
hacia los adentros,
explorando nuestros vacíos
Esa maldita sed que no se sacia
que araña y rasguña las gargantas
que las seca y las parte en dos
como a corazones de arcilla
como a cántaros a la vera de una fuerte
seca, bajo el sol del estío
Esos eran tus besos, aquellos los míos
acaso ya olvidados, acaso ya agotados
como resquebrajados pétalos sobre la arena.
miércoles, febrero 26, 2014
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