Se camina; no importa dónde,
solo se camina como desesperados
como ánimas en pena.
Practicamos hábilmente
retóricas del no decir nada;
o del decir, dando por sentado
que todo está más que claro
nos hacemos al vicio del silencio
a callar hasta lo imprescindible;
y maquillamos nuestra necesidad
con la necedad de la soberbia
o con las sonrisas vacías.
Caminamos; se camina,
no importa bien dónde...
en la senda se perderá todo;
y un día, tal vez, al cabo de los días,
por no mirar atrás al avanzar
caeremos a ojos abiertos
en la fosa común del olvido.
miércoles, febrero 12, 2014
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