¿Qué me puede importar
luego del huracán de tu presencia?
Nada ha sido lo mismo que ayer
desde que he cerrado las puertas;
ya ni las ventanas quieren besar
los pájaros de plumaje imposible.
Tu vuelo no era de un azul marítimo
era más bien, de un cielo encendido
sofocado en llamas, como tu nombre.
Pero todo eso ya no importa,
lo que ha sido, es y será, siempre.
miércoles, febrero 12, 2014
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