Esto es lo raro
Raro es abrir la heladera buscando aliento
y encontrarme un beso tuyo, congelado
con fecha de vencimiento, tres años antes al hoy.
Raro es notarme una cana nueva
al lado de la última que me descubriste
y ver que esa línea de gesto en mi frente
se ahonda cada vez más desde que no estás.
Raro que el día me sorprenda dando manos
en el sitio vacío que se ha creado entre mis brazos
y no dar más que con una silueta que se escapa
al amanecer, entre mis sábanas y la ventana.
Raro, muy raro, es tener que levantarme
sin el debido sigilo para no despertar ausencias
que desde hace tiempo me clavan tu nombre
y ando buscando entre versos aquellas letras.
Raro, tan raro, como es mirarte hoy en día
y no poder ni siquiera tocarte con la mirada
pues tu piel me grita, en voz alta, tu rechazo
de tanto y tanto que antes se ahogó en llamarme.
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