Paso de tu ausencia
y te invito a quedar en mí
del modo que tú más quieras.
Entonces,
vas y te quedas
en el revés de mis sábanas,
en el costado tibio de la cama
o en el debajo de la almohada.
Vas y te quedas
en los rincones parcos y vacíos
de la cocina o de la sala,
y me asaltas entre recuerdos
y pensamientos, hambrienta
y en celos,
siempre al alcance de tus garras.
Me ardes.
Me quemas en las venas,
en el torrente loco y alborotado,
en la fiebre por tenerte
a cada rato,
y en la nostalgia de mi cuerpo
como definición
de tus besos en mis labios.
miércoles, abril 08, 2020
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