viernes, abril 10, 2020

¡Dime!

Vamos a ver, guapa, ¿desde cuándo tengo que poner a prueba mi amor por ti? ¿Es que no te alcanza con verme andar como un tonto, prendido a tus cincuenta kilos de pura poesía, haciéndome lugar entre tus cabellos de girasoles y tu sonrisa de margarita, dispersa toda más allá de mi cama?
¡Vamos, niña!, que sabes bien eres mi cielo preñado de tormentas, mi manotazo en el vacío cuando me acuerdo de tu boca, que no doy pie con bola cuando te echas a reír y me dejas a un costado de tus sombras, que me descalabras los días y las noches, cuando tu sexo enciende la mecha y dentro mío explotas.
¿Qué quieres que te diga; qué coño quieres que le haga? Dime, que acaso todos los imposibles de este mundo te sean pocos, ¿quieres que me tire del séptimo cielo de tus ojos y me estrelle contra tus senos?, ¿que me vaya y vuelva, por el camino sinuoso que va desde tu ombligo y hasta la cima de tu gloria?, ¿que me parta en ti?, ¿que me haga uno con tus ganas de todo? ¡Dime!

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