Nuestra caída

Las mujeres que me han amado
me han visto tropezar y caer
más veces de las que les he rogado;
sin saber en realidad,
si lo mío era amor por el suelo
o un amor demencial por la caída.
La verdad es que no sé
si existe algo llamado suelo
o si hay algo parecido al cielo;
solo sé que tropezar y caer
es el más dulce de todos los besos,
en lo que va y dura nuestra caída.

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