yo solía salir a caminar... y caminaba mucho.
Tal vez, porque otra era la ciudad y no esta
tal vez, porque se trataba de mi propia ciudad
y no esta expropiación metafísica que me asfixia
y me da vuelta del revés, y me seca al viento.
Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...
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