La escena prohibida

Me he vertido todo dentro de tu nombre
fertilizando tu ausencia hasta el silencio;
y he sido el padre de todos tus vuelos,
de todas tus ansias de libertad, preñando
la humedad de un verbo con olor a sexo.

¿Cómo no voy a extrañar la sombra de tu esencia,
de tu ser en fuga cuando rompen las mañanas,
cuando el océano de tu voz me acaricia por dentro,
a la vez que tu cuerpo me diluvia por fuera?
Yo no hablo desde la necesidad; hablo desde el deseo.

Quiero morder a desgarro el vacío que dejaste,
y abrirle un tajo de muerte a tus partidas.
Hacerme claridad, transparencia o pureza;
y dejarme caer sobre ti, en lluvias de leche caliente.

Yo te besaba, y cada beso era una brasa encendida
quemándote las venas, en la confusión de la sangre,
en la escena prohibida... por los versículos sagrados.

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