jueves, marzo 06, 2014

ABSENTIA

No sé si eran tuyas las manos
o tal vez, en las penumbras, eran las mías.
Solo sé que llegaste, me abrazaste
y quemaste a flor de piel mis sentimientos
hasta derretirte, en la fragua de la noche,
desbordando a lluvias en tormentas,
diluvios y recuerdos omnipresentes.

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Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...