Se camina; no importa dónde,
solo se camina como desesperados
como ánimas en pena.
Practicamos hábilmente
retóricas del no decir nada;
o del decir, dando por sentado
que todo está más que claro
nos hacemos al vicio del silencio
a callar hasta lo imprescindible;
y maquillamos nuestra necesidad
con la necedad de la soberbia
o con las sonrisas vacías.
Caminamos; se camina,
no importa bien dónde...
en la senda se perderá todo;
y un día, tal vez, al cabo de los días,
por no mirar atrás al avanzar
caeremos a ojos abiertos
en la fosa común del olvido.
miércoles, febrero 12, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA CARROÑA
Dios me libre de esos feligreses que vienen de ser carroña asquerosa, que liban a diario los jugos pútridos del verso malogrado ...
-
Arthur Fleck escribe en su bitácora de bromas, reflexiones y desatinos, el simulacro de un poema que, como nunca ni nadie, me...
-
Vos recogiste con ternura pedacitos de mí por todas partes y me volviste a armar nuevamente, hombre, barro y voz, en tu mirada; y me hici...
-
Mientras ese desahuciado intento de astro titilante brilla allá arriba, aquella triste y fascinante mariposa de la noche revolotea más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario