miércoles, febrero 12, 2014
Cosmogonía
Tú abrías delicadamente las manos
y dejabas caer el mundo a tus pies;
así vi nacer la noche de tus cabellos
y los amaneceres... de tus orgasmos.
Sobre tu vientre, el universo caótico
gira y conforma maquinarias celestes.
Nada está libre de un estallido estelar;
ni tus mil gestos, ni tu forma de amar.
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