con la línea austera
de un decir calmo.
Es domingo y ya;
solo una voz calla
más allá de la mía.
Se abre un silencio
y todo lo que ha sido
renace en fantasmas.
Dios me libre de esos feligreses que vienen de ser carroña asquerosa, que liban a diario los jugos pútridos del verso malogrado ...
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