Cómo me hubiese gustado ser tu respaldo, sí;
en aquellas horas agónicas de tus tormentos...
y acompañarte, a pesar de esta puta distancia,
y no verte más morder el polvo de tu extravío.
Me hubiese gustado disipar de ti las negras nubes
y dar color de primavera a tu jardín de encantos,
cuando aún era posible, y nos queríamos todavía.
Todo ha sido en vano ¡la lluvia nos ha arrasado!
miércoles, febrero 12, 2014
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