Te llevo atornillada a manos cerradas
a sueños que me despiertan a la nada
a esta ausencia nacida tras el espasmo
de las caricias venidas de mi nostalgia.
Te llevo y te traigo conmigo a sobresalto
en el recuerdo de mis carnes marchitas
en el reflejo oscuro de las flores malditas
en la navidad de mis angustias primeras.
Te llevo colgada a una mirada de siglos
a toneladas de noches vacías, desnudas
en las que tus ojos encendían antorchas
para caminar juntos, senderos y deseos.
miércoles, febrero 12, 2014
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