Viste el color que gustes... lo demás
es solo quimeras y brazas ardientes.
Yo te he visto conjugar la despedida
en un blandir de manos sin plumaje.
Y eras el azul para mi cielo sin fortuna
y el aliento que empujaba los vientos,
bajo la noche total, entre los amantes
en tiempos en que aún... éramos uno.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA CARROÑA
Dios me libre de esos feligreses que vienen de ser carroña asquerosa, que liban a diario los jugos pútridos del verso malogrado ...
-
Arthur Fleck escribe en su bitácora de bromas, reflexiones y desatinos, el simulacro de un poema que, como nunca ni nadie, me...
-
Vos recogiste con ternura pedacitos de mí por todas partes y me volviste a armar nuevamente, hombre, barro y voz, en tu mirada; y me hici...
-
Mientras ese desahuciado intento de astro titilante brilla allá arriba, aquella triste y fascinante mariposa de la noche revolotea más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario