Me dueles a cada verso que callo;
y te escribo en silencios que gritan.
Uno nunca sabrá cuál será el último;
y en tanto que te me vas
te dejo mis versos durmiendo a tu vera
en el espacio en que velan nuestros deseos.
En pretéritos momentos,
fuiste ardor y cosquilleo en mis venas;
otras las noches, otros los besos todos.
Hoy los que nacen de mi pluma
saben a hiel en los labios
como cuando las lágrimas besan
bajo el influjo de las lunas nostálgicas.
lunes, marzo 17, 2014
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