El solo tic tac de un reloj
en el fondo de la sala
acusa pena y aflicción.
No, es solo un corazón
cansado de marcar su tiempo.
Sombra descuajada
y vacía noche silente
retumbando a voces pesadas
latiendo en las venas y las palabras.
Es solo el tic tac de los morbos;
las miradas que se tornan sobre sí
hacia los agujeros hondos del alma.
lunes, marzo 17, 2014
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