Yo conozco a varias de las vírgenes locas;
todas ellas perdidas por el esposo infernal;
todas... proclives a los tormentos del alma
y a la insensatez de sus pobres espíritus.
Conozco también, a ese demonio joven
que sin quererlo, las pierde diariamente
buscando sin encontrar, pero buscando,
la clave para desencadenar la alquimia.
En la casa donde habitan estos cónyuges
no hay segundos de paz, y la sed es eterna.
Ellos se aman; y lo hacen tan cobardemente
que implican un grave riesgo para la sociedad.
A veces, ellas hablan raramente de la libertad
y de arrastrar tras sus pasos... las cadenas;
él solo las mira, desde lejos, piadosamente,
como enseñan los sacerdotes en la catequesis.
jueves, mayo 22, 2014
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