La noche plena
Al poema que se anduvo entre los hombres.
Y entonces, cultivábamos las noches
al borde de todos los sepulcros pensados.
Tu boca era una piedra fría en mi corazón
y el poema no develado
entre las venas del silencio.
Al filo del amanecer
mis manos han tejido las horas
y han diseñado un abrigo para todos los miedos.
Solo nos ha quedado un sueño, la noche plena.
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