Aún hay tiempo
mis labios muerden tu aliento
y beben de ti las respuestas.
Estás donde el sueño te trae,
acariciando la tarde. El cielo,
el nuestro, acuna las nubes.
Aún hay tiempo
antes de la lluvia.
Ambos le enseñaremos al cielo
lo que es venirse abajo y mojar;
porque la tierra,
aún la que nos sostiene,
espera por nosotros, anhelante,
porque le enseñemos la fertilidad
en el milagro de la vida.
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