Construyó un paraíso de mitologías
en torno a su cuerpo
y no faltaron los crímenes del amor.
Tomó una cuchara
templada en la fragua del desamor
afilada con siglos de espera
la enterró firme y con fuerza en su pecho
y se arrancó
la cajita de todos los fuegos.
Después de varios intentos furtivos
la reemplazó
por el canto dulce de las sirenas
y se dejó seducir
por el centauro que galopa en mis venas.
martes, mayo 20, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hasta aquí
Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...
-
Hay una belleza singular en lo feo como hay cierta ternura en la crueldad, reveses de un único gesto que pueden romper el alma de un tira...
-
Usted y yo solemos vibrar con las mismas notas. Yo llego hasta sus labios hecho pedazos y usted me reincorpora y reconstruye de un solo bes...
-
Vengo de pensar en tus labios; en el beso que precede a todos los besos, en el beso primero, en el beso fruto de los excesos, en el bes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario