Mariposas de fuego



Tal vez, porque te quise y me quisiste...
se nos pudrió la pera en la rama del olmo.
Quizás fue que entre tus manos de seda
se ahogaba un gusano en época de vuelo
y el cansancio de tus gélidas primaveras
se desgarró entre los penitentes cristales.
Algunos vieron lágrimas de piedras;
mas yo... solo mariposas de fuego.

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