jueves, mayo 15, 2014

Imposible

Nuestras voces comulgaban
esteros, mares o lagunas;
recreábamos los ríos
y nos dejábamos desbordar en océanos.
Huíamos de los reparos
prestos a renacer bajo las lluvias.
Nos secábamos
nos hacíamos piedra
bendecíamos los espacios y el silencio
y nos cultivábamos desde los sueños.
Nos callábamos
nos hacíamos desde la ausencia
y nos buscábamos en los vacíos.
Yo sé que éramos imposible
como lo son los cuencos de las manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hasta aquí

Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...