Renacimiento
y los pájaros alborotados enredados en el viento.
Esto es lo que necesitaba, compañeros,
dar pasos, los míos propios, de mole devastadora,
bajo este cielo fulminante de luz nueva;
y así, sentirme vivo, abrazando por fin la vida.
Este último otoño no fue igual de generoso;
me había teñido de nieve los cabellos
y he sentido el susurro suave de la muerte
avisándome sobre su apetencia por mi alma.
Yo la he mirado a los ojos y le he sonreído;
mas no me importaban sus guiños seductores.
Mis canciones guardadas en tibios bolsillos
han saltado al desborde de la vista iluminada;
los riachuelos saltaban entre las piedras alegres
y los árboles de antaño me han contado sobre ellos.
Aquí estoy nuevamente de regreso, compañeros.
Traigo conmigo un hermoso bagaje de sueños
entre rimas frescas y ritmos renovados,
para cantarle a la naturaleza sobre su gesto exaltado.
He aquí mi nacimientos, para deleite de mis amigos.
¡Sí, es mi renacimiento y mi apuesta a la vida!
Todas mis energías se han reconcentrado sobre sí,
para mostrarme el bello espectáculo de la naturaleza.
¡Todo canta; todo vive; todo se me traduce en versos!
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