ha engalanado el paso del nazareno.
En el aire se blande
el fatídico destino de maderos,
entre quebradas lágrimas de olivos.
entre quebradas lágrimas de olivos.
Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...
No hay comentarios:
Publicar un comentario