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Mostrando entradas de junio, 2014

Yo la quería así, feminista y trostkista - Prosa

El abismo asomaba a mí, cada mañana. Trabaja todo el día, para que a ella no le faltara nada. Yo la quería así, feminista y trostkista; luchadora incansable de la noche; y obrera de mi pedacito de cielo. Su voz era un campo minado para las ideas tibias o de color gris; y su boca un desfile anárquicos de proclamas. Sus piernas eran misiles intercontinentales; sus manos un puñado de balas de cobre y plata. Sus pechos eran granadas de mano, siempre a punto de estallar en mi labios. Aunque nos amábamos, hacíamos poco el amor, más la guerra, y mucho mucho el sexo. Era la forma más revolucionaria para hacer estallar el cielo. Ella me miraba y enseguida se encendía la dinamita, de su voluntad de gatita en celo. Siempre en la cama, durante el día, ronroneaba entre las sábanas al escucharme entrar en la casa, apenas pasaba por la puerta. Cada mañana era un despegarme de sus huesos, sin que ella se diera siquiera cuenta. Quedaba agotada -decía-, y ese era mi consuelo, luego de cada asalto. Cada

Sigilosa y afilada

Usted me acontece... no importa cómo ni cuándo. Solo sé que cuando llega ya está plantada en mi camino. Sé de su orden y sus reveses y del beso que tras la sombra va dejando a cada uno de mis pasos. Y en lo que pasa sigilosa y afilada por mis costados siento al nazareno desangrado dejándome ese sabor amargo de haber descubierto mucho más de lo que buscaba.

La secreta intuición - Prosa

No es que me moleste compartir el espacio vacío de tu nombre con las sombras. No; no es eso. Es más, a veces, siento que le desprendo a tu recuerdo la ropa que ya ni recuerdo, y te dejo desnuda... vestida solo con mi verbo. Sé que te extraño, y añoro tu presencia entre mis cosas. También extraño esa absurda obsesión tuya por traer el orden a mi vida; y esa desprolija forma de amarme entre los versos, los poemas y los libros, ha traído y dejado en mí, la secreta intuición de una herida, entre las cosas que me rodean y sus nombres, antes de poder aprehenderlas con las manos.

De ti, en ti

Dime la verdad aunque suene a martillazo en el culo de una bala. Yo gatillo tu apunta el nos juzga. _____ * * * _____ No se alucina (el ácido hace lo que le es dado hacer) Luego, tú eres el alucinógeno.

Anonadado

1. Como un tibio despertar de domingo por la tarde o como una plegaria desarmada en los labios ahí te voy a encontrar tan íntima mía e intuida como el revés oscuro de la luna 2. nadando ando hondo sin mirar atrás como palabra que se desborda en silencio en la tranquilidad de tu nombre ando y avanzo a nado en medio de la nada 3. cruzo veredas que separan los verdes de lo amarillo el azul del rojo en la verdad de las mentiras ando y ando a paso de nado en la nada más honda de mis pasos.

Teatro del fuego

1. Puede ser que sea cierto lo de su gesto rozando en la memoria 2. y en esta tarde que asoma se ve crecer tras la luna de sangre entre sus nalgas y su vientre la escenografía ideal para la entrega 3. sus ojos (no ya su mirada) completan el cuadro silente en el fondo del estero... un gemido 4. en la oscuridad la concurrencia aguarda expectante el silencio se quiebra en medio de sordos pasos 5. de un bolsillo la noche salta al fuera de foco y se instala como única fuente del diálogo 6. los amantes cruzan caricias y se traspasan en las palabras se penetran se llenan y se desbordan el beso ha parido la muerte el final y los aplausos.

Lunes de caos musical

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Desayunarte, ¡oh, lunes de hastío! es como batallar sin amor el sexo. Así te me haces latente, en tu ser de comienzo de reproches diarios. ¿Y si te quisiera con todos tu horrores? Lo he pensado mil veces. Lo he sentido. Entonces, mi espíritu ha entrado triunfal al desmembramiento de los antagónicos. ¡Oh, lunes de aspiraciones banales! en tus ojos de domingo de derroche me reincorporo al pie de lo cotidiano. ¡Luces incandescentes, despierten! Paso por los portales de la nueva ciudad, y ordeno que todo debe arder sin disimulo. Los hogares todos, las viejas costumbres, las tradiciones de tiempos remotos, ¡todo! ¡Las ciudades desintegran sombras! el renacimiento de las nuevas horas. ¡Todo deviene!, ¡Es el eterno retorno! ¡La vida por delante, los sobresaltos! Y me prometo... que sobre estas ruinas edificaré un palacio en espuma efímera; que haré las horas y hasta el sin tiempo; que me daré al cultivo del dios del sueño. Al cabo, la calma se asienta en uno. Los pasos se aceleran hacia u

Flashes de la mañana

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Ponte la desnudez de estreno que voy a fotografiarte el alma, desde la piel en que te revelas hasta los raptos de luz en tu mirada. Quiero captar, en un mismo instante, la imagen de nuestro deseo, en los flashes de la mañana, y la naturaleza desbordante, del uni-verso a nuestro alrededor.

Te amo distante

Reconozco que te amo distante lejana como recuerdo de otro o como el vestido que dejaste para cubrir la desnudez del vacío. Digamos que me fascinas volátil pero he tenido que pactar con arañas para que tejan en hilos de urgencias sábanas que te sostengan a la cama cuando ya se me pone imposible alcanzarte entre las manchas que dibujan tu sonrisa de ángel en lo inconmensurable del techo raso.

Resistencia

Nos dimos en crear la resistencia desde los resortes vencidos de nuestra cama. Las almohadas no paraban los disparos de nuestros besos; y las caricias bajas eran una infracción poco tolerable pero a su vez, adictivas. Si un cuerpo no arde por amor tampoco puede servir para la guerra. Amanecer con tus labios pariendo soles hablaba amorosamente y a su modo, sobre lo que había sido la copulación de las noches entre mis brazos.

La vida sin sueños

Dime, ¿cómo no amarte si tus brazos eran de llamas vivas? y, ¿cómo dejar de pensarte distante de los amaneceres si toda tú eras un despertar como excusa ardiente del fuego? No, esto no es posible. Y la vida sin sueños es solo un juego de luces incandescentes apagándose entre los rumores de la ausencia. Y si te ibas por algún tiempo ¡ay, si te ibas... ausencia-esencia de mis desvelos! ya ni la muerte tenía ese romántico atractivo antes los ojos desencajados del día. Era algo así como el todo insufrible del horizonte o como aquella lava candente consumiendo de a poco las horas. ¡Oh sí, mi oscuridad flagelada! desgaste en telares de savia entramando los rastros de pasos que se alejaban en la madrugada.

Desde siempre

Hay momentos, en los que quiero que entre nosotros solo medien nuestros silencios; y así, dejar posar entre mis besos la flor de tu sexo de estrellas. Pero hay otros, en que necesito de tus palabras jugando en la punta de mi lengua, como agua fresca, como salto alegre, en el manantial de nuestros deseos. Hay veces, en que mis manos te buscan y dan contigo en mi sexo, cuando la oscuridad te transparenta, y tu nombre se hace carne de mis anhelos; entonces, simplemente, me entrego. Veces, en que tu mirada me ahonda y navegas en mi mirada, y tu beso se hace conmigo, tras mi boca, siempre, eterno, y desde siempre.

Solo debías entrar

Mi vida fracturó puertas con cerrojos y dejó echar luz desde adentro para marcarte el camino. Solo debías pasar, y lo hiciste. Solo debías entrar, y lo hiciste. Desde entonces, ambos, nos desvivimos por y para el otro. Hemos aprendido a amarnos en un reflejo embellecido para saber acompañarnos cuando nuestras soledades se encuentran en un abrazo. El mundo no ha visto ni verá desde entonces a seres más felices latiendo a unísono en dos corazones fundidos.

Tajo al vacío

Le abriré un tajo al vacío con tu nombre para llenarlo con el espacio que te guardo desde que no estás. Y otras veces haré un lecho de versos para traerte hasta mi lado.

Poema de amor

Y aunque fallo en el intento por deshacerme en tu nombre como fantasma en procesión de clamores silentes o como noche que se ha tragado la luna a bostezos... voy a tender puentes de espinas para llegar y besarte. Quizás tu nombre contenga las cifras y callarte implique sembrar el caos. Tal vez, cerrados como la medianoche tus labios brillen como sonrisa de alegre dios que se distrae recreando universos vastos.

Hay recuerdos

Hay recuerdos con sonrisas de puestas de sol o como de cicatrices profundas acción del bisturí de lo más efímero y eterno. Donde hubo motivos días esperan. Mis ojos se vertían desde una mirada presta a ser el rocío que acariciaba sus mañanas.

Últimas plegarias

1. Me han dicho que debo desacostumbrar el hueco que supiste tejer entre mis brazos; porque te vas, inevitable, para quedarte inalcanzable a mis manos. 2. Yo no sé cómo es posible este desgarro del adiós último, y de la palabra quebrada. La verdad, no lo sé; pero me partes, desde hoy que te vas, a pasos de tiempo, borrando en el vuelo las huellas de tus abrazos y besos primeros. 3. Te vas; te me estás yendo, en manto de oscuridad envuelta, sin regreso. Te vas, y te llevas contigo mi última sed de desasosiego, como siempre, enseñándome el camino.

Se irá todo

Esto no es una elegía; ni siquiera podría romper en voz la pena que me atormenta. Las horas pasan, leves para mí, mientras a ella le tiritan, en archipiélagos de muerte, las manos de paloma en escarcha. Su gesto se irá, su voz, su melancolía. La infatigable noche se irá, sus penumbras de olvidos; se irá todo; nos quedará el vacío. En casa, los muebles, las sombras la tos de temblores sagrados tras las puertas, en los pasillos, se irá todo, y no quedará nada. Esto no es una elegía; nunca podría serlo, para quien escapaba, con horror, de los incontables dolores del pasado.

Esta noche

Viernes, 27 de Junio. Estación de colectivos. 01:20 am  Hay veces como esta noche en la terminal de colectivos que solo preciso de un color de ojos tal vez sean verdes para viajar tan lejos como se pueda o deba. Veces en las que siento que la distancia es solo un mirar en varios colores y entonces remonto en luces que no se apagaran aunque cierre con fuerza los ojos.

Llueve en Tucumán

Viernes, 27 de Junio. En ruta hacia San Juan.  02:15 am.  Sé que muchas veces nos ganó la torpeza de no ver cuando nuestros ojos desafiaban al sol, abiertos. Claro que lo sé ¿cómo disimular la ceguera? Tú reinventabas las miradas ni bien abrias los cielos. Ahora llueve en Tucumán y espero no tener que imitarlo cuando llegue a mi desierto.

Amanece

Viernes, 27 de Junio. Ciudad de La Rioja. 08:10 am Amanece ya en La Rioja. El cielo ha trago la lluvia y amenaza luz a doquier. ¡Hasta los perros cantan! Los caminos del milagro desbordan espinas de oro. Un gps de incertidumbre ha sido siempre mi guía. Quedan unos 500 km aún. En mi jardín nacen abrazos enredados a rayos de sol. Nunca fueron más los km.

Nos exigen

Ambos compartimos un mismo cansancio. ella por vivir demasiado, yo por vivir a la demasía. Exigen. ¡Nos exigimos! Y tal vez, alguna vez, seamos libres de todos.

La vida plena

Domingo, 29 de Junio. En la huerta familiar. Santa Lucía - San Juan  13:05 pm  Atravesado por la luz, mis ojos se quiebran bajo la escarcha blanca, cruzado de mediodía. Estoy de pie, desafiante, erguido y de cara al sol. Veo la rosa bajo cero veo el naranjo y el ají rojo veo. Veo y siento la vida plena bullir en las venas llenas.

Debo partir ahora

Debo partir ahora, y tal vez, mucho de lo que estoy siendo se quede aferrado a este mundo de sombras. Y así, abriéndole heridas a la angustia de hondos silencios contemplados en la sapiencia de haberme escrito en el idioma cauto de mis sentires me voy. Dejo partir la noche hacia el extremo resplandeciente.

Sobre el poeta

El poeta siempre ha sido otro. Yo lo atestiguo, desde muy cerca, a cada pasa suyo, adelantándoseme en el verbo todo de la intuición. Suyos son los versos y poemas; suyas las sentencias, que arrojadas al abismo, a veces, retornan con todas sus fuerzas, en fervorosos cantos a la vida.

Corazón desgajado

El otoño desde mi balcón es aún más generoso que mi pobre corazón desgajado. En él, en el otro, puedo percibir el amable gesto de la tristeza como belleza que canta armónica la frescura de estar aún vivo. Sangre y savia de ciclos opacales en un colorido rojo-dorado y azul. El tiempo del sueño y la canción y de las eternas despedidas del adiós crujiente bajo los pies o bajo un sol que ya no nos fulmina. El otoño desde mi balcón es aún más generoso que mi pobre corazón desgajado.

Por enésima vez

Me doy en reeditar por enésima vez una antología variopinta de lágrimas caídas en olvido y no he querido omitir ni una sola de las tantas de aquellos tiempos de los ojos rojos-cristalinos. Sin errores de tipeo sin "fe de erratas" sin nota al pie ni discursos ambiguos queda a disposición de un buen juez en la vidriera de un viejo almacén de rubros varios.

En el gozne

Soñarte aún en medio de la multitud ha sido sembrar pesadillas en la soledad. Así como cuidar de las rosas de un jardín en el gozne de las madrugadas y los amaneceres. Desandar absurdos de historias primeras donde no hubo génesis ni habrá revolución. Así de oscuros han sido mis pasos en estas tierras y así de pobre mi alzarme en armar en pos del amor.

La piedra filosofal

He aprendido que hay senos que afilan dientes y dientes que se derriten al roce de los pezones. Lenguas calientes en sexos de miel y miradas de sal petrificando las espaldas. He aprendido que besar un charco es conquistar mares en tempestades y que ahondar es descubrir la piedra filosofal en los orgasmos cultivando entre los surcos la oscuridad fecunda de las noches.

Cosa de casi siempre

Yo no sé si es cosa de todos los días pero hoy he despertado con tus besos hilvanando deseos en la dulce trama de mis anhelos. Te he encontrado escurridiza en el revés volátil de mis sábanas y me he dado en reinventar los colores nacidos del fuego. Te bebo en el café y en el sorbo a sorbo te intuyo en el fondo de la taza. Yo no sé bien qué sea pero la verdad es cosa de casi siempre.

Sueños

Fecunda como puñalada en el bajo vientre tus versos son como esos puñales que se afilan en la certeza. Sentada en mis faldas las manos son insectos destejiendo la maraña hacia el centro culminando su trabajo en el verbo con olor a sexo.

Ebriedad

Si vas a beber que sea solo de la noche y mejor no lo hagas con el vientre vacío. Cuida de ti y no dejes que te desborden la ansiedad la prisa o el encanto. Todo esto es escarcha en el espejo del tiempo. No muerdas si no quieres ser tragado ni beses si no quieres ser amado. Mantén distancia o aléjate si la sangre no te llega a la cintura.

Laberinto

¿Perseo o Minotauro, qué más da? Cerrar las puertas y aceptar las canas es el primer paso para estrechar en abrazo solidario el espectáculo solemne de la soledad. Ayer es hoy pasado por agua. Mañana un reflejo inaprehensible de la razón. Yo no avanzo solo desando el hilo resquebrajado de Ariadna.

Reveses del Siglo XXI

Dadá, Ícaro o Dédalo una vuelta más de rosca y lo estrecho se hizo profundo ahuecado e iracundo. Pasifae y el nacimiento del mito postmoderno. Sodoma y Gomorra debieron ser la cuna de la moral en curso o la piedra angular en el ascenso de Mahoma. Las guerras nunca fueron el exterminio de los santos.

El aro carmesí

Solo por cuidar de ti te doy de beber mi sombra y la dejo fluir entre las noches cuando en ciegas horas bosteces caricias de luz. Si abres en mí un tajo a la muerte que sea para desalojar tu estrella. No quiero de ti cielo alguno si ya he dado con el aro carmesí de la luna. De ti la sed de las flores y el deseo emergente del corazón de las piedras.

La estación de los placeres

Majestad del polvo más que del fuego mismo su piel abrazaba el suelo labrado por el deseo. El sol la encontró quebrada como sonrisa de despedida en el jarro de cerveza helada cuando su melena dorada coloreaba la melancólica tarde. Yo la bebía en un abrazo de lágrimas sobre el trigo. La noche era sed eterna con su sonrisa desvanecida entre los detalles del horizonte. Ella se fue, y sin mirar hacia atrás olvidó la estación de los placeres.

No vengas esta noche

Suelo pensar que la nada me contendrá solo de a ratos cuando se me agote... el resto de totalidad. Y así como las cosas vienen tengo muy poco que perder y le gatillo al azar, por si la muerte me sonríe. En los bolsillos desgarrados llevo un poco de tu nítida voz y lo demás, son los silencios que me dedicas. No, nena; no. Esta noche donde las estrellas se apagan no me vengas a besar las llagas sangrantes. Te lo pido por piedad o por el rencor que aún me guardas. No vengas esta noche, por favor. ¡Quédate con mis signos vacíos!

Oración dominical

Domingo por la mañana y aún no he desalojado los restos de ti. Y aunque la vida ya ha sido tendrá que ser otras mil veces más sea en esta misma o en otras tantas. Eso realmente no importa. Cultiva rosas desde los pétalos. Muerde las espinas, y aprende de sus raíces.

De la piedra

Las circunstancias de la piedra la eximen de comprender la naturaleza del agua. Hablo a las paredes en su idioma natural me libero de los estigmas del santo oficio de los sentidos para regresar ileso a casa luego de haberte andado. No creo en tu verdad nacida del manantial de los miedos. Vivir es el ejercicio profesional de escoger una mentira y consagrarla como si fuera verdad.

Si te quiero

Si te quiero te quiero a la hora de los desnudos a la hora en que la prisa cae por el suelo y tu piel sabe expresar la verdad de nuestro nido. Si te quiero te quiero cuando la aurora calla en tu boca y cuando tus labios me amanecen cuando tu lengua abraza mi nombre en el silencio mismo de las noches. Si te quiero te quiero fuera del vientre de la espera y te quiero naciente en mis brazos como cuando las tibias corrientes de un río me sacuden el peso del alma. Si te quiero te quiero con tu sexo de estrella sonriéndole al sol después que la tarde se rinde a tus pies, despidiendo la prisa de habernos buscado y encontrado.

El árbol de los estultos

Dame un cielo en descomposición y haré para ti un evangelio de rosas con su edén para los pecados y deja crecer en un epicentro distante al nuestro un árbol para los estultos y dame a probar cada día del rojo fruto de tus labios.

Perro azul melancolía

Lunes 09/06 de 2014 16:15 hrs. Atravesándose en mi camino he visto a un perro azul melancolía llevando entre sus patas rastros de haber callado mil suicidios. Lo he visto con su cola partida sangrando el infortunio de mi mirada. Hubiese querido no verle pero el coloso marcaba de cerca mis pasos con una oscilación existencial de esas que pocas ganas dejan.

Mascotas de la luz

Lunes 09/06 de 2014 21:35 hrs. En vuelo arbóreo y entre las sombras la tristeza ha desplegado su alas en el umbral de una noche concéntrica y lo ha cubierto todo a su paso. Cerca tal vez mordiéndome los talones presiento un feroz graznido de tiempo apartándose de los espectros de la luz. Sé que me sabe mejor que nadie y sé que viene por mí en cada destello.

En cóncavas fauces

Macerado en cóncavas fauces un cadáver destila vapores de embriaguez y tiempo una crónica de amores vencidos entre voces de roncos fulgores una experiencia alucinógena para ciertas mentiras.

Instrucciones de vida

Martes, 10/06 de 2014 19:56 hrs Debemos sacudirnos los entuertos y domar a la vida sobre el lomo crispado de los molinos. Que nos ladren a rumores, la gente no es garantía de nada menos de que avancemos. No creas. Mírate frente al espejo de tus acciones y verás... al de la triste figura sin caballo, viejo y cansado.

El origen del rocío

El prodigio de todo amanecer convierte el anuncio en savia y la noche se deja caer en calma en el hueco sordo de los gemidos. Bulle el instinto y florece la vida en el cuerpo exultante y soberbio. Es la primera vez que el cielo desconoce el origen del rocío. El día explota como botón de luz en la intuición de todas las horas. Complejo entretejido de fibras que se enlaza entre sí y para sí en trama poderosa e imbatible exaltando la sangre en correrías surcando las amplias concavidades.