POSTAL DEL INSTANTE
De todas las postales de tu boca
me quedo con las de tus labios
fundidos en el mar de los excesos
vez que nos ahogábamos en besos.
Me queda el sabor de una partida
y lo atragantado en un nudo fuego
entre mi garganta y tu pecho
que se abría como alas sin vuelo.
El amarillo que se hacía naranja
en lo incandescente de tus caderas
al pasarte la eternidad por el sexo
y hacerla una postal del instante.
Comentarios
Publicar un comentario