BAJO LA PIEL
Decir que la noche aguarda
es no saber cuánto de oscuridad
acecha agazapada tras la palabra,
e inocentemente nos encomendamos
al poema como el sol
atraído irresistible hasta las fauces
de un silencio que se escribe
en lo que escribo y desaparezco,
en el súbito bostezo de la tarde
cuando sin mascar todo lo devora,
se imprime a pensar de mí el poema
y todo lo que creí conjugar
se pierde en un inefable suspiro
de versos con huesos bajo la piel.
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