AUNQUE POR DENTRO MUERA
Ronco bramido de trueno me avisa,
Dios o una bestia divina mediante,
que algo en mí desgarra el pecho,
rompe, raja o me quiebra la voz.
Cántaro o cacharro ya viejo y seco,
bruñido, raspado o lustrado
por los rayos de algún mísero sol,
acorde tañido por un fiero amor.
Roto de un lado, descarnado del otro,
tacto de ardiente arena en el viento
llenando la superficie de lo gastado,
nuevo parezco aunque por dentro muera.
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