DESDE SUS RAÍCES
Una vez repleto de nada,
pompas sin relleno ni gozo,
vuelvo resuelto a lo mío,
rincón huérfano de soledades,
de hartazgos de silencios heridos,
abiertos y desangrados,
al abrazo cálido y tierno,
a la sonrisa transparente y al brillo
de palabras que, aunque no dichas,
llegan hasta el alma y hacen nido
entre ramas firmes y divinas
cuidadas a diario desde sus raíces.
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