PALABRAS AFILADAS

No quiero llenar de culpa los huecos 
ni ahondar en dolores mal curados; 
de lo que he sido acaso soy sombra,
mas nunca herida hecha sufrimiento.

Debí perdonarme antes de perdonar 
y, quizás, tardé mucho más que tiempo,
recuerdos tergiversados a machetazos,
golpes, puñetazos, patadas y puñaladas.

En el idioma del cuerpo que acusa
juzgué, condené y me hice presidiario 
de unas memorias de pus rellenas,
álbumes de fotos y palabras afiladas.

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