MARCHAR SIN RETORNO

Lo que me crece por dentro 
tiene la morfología del silencio,
como si fuera el ánima de un Dios 
presente en todas las cosas
menos en el madero o los clavos 
de una cruz que me sangra,
me derrama y llena el cáliz 
a la mesa de mi última cena,
evidencia esta de un beso traidor,
de labios donde puse mi confianza,
mis sueños, mis esperanzas,
y la fortuna de marchar sin retorno.

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