Tu boca no es el beso; pero tú
eres esa paloma de vuelo herido.
Yo te conocí por el rastro de sangre
que dejaron en el cielo tus amantes,
al intentar seguirte con las miradas.
Tu boca no es el beso; pero tu sed
es todo este cielo vestido de océano,
y el naufragio de mi propio diluvio.
martes, agosto 12, 2014
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