Mi epicentro es tu voz,
oculta bajo una lluvia del verano;
y, aunque no siempre moja, aturde.
Es mirada que rompe entre palabras;
y es la que me sabe, a cada paso,
en la intuición de un nuevo desvelo.
Mi epicentro, en fin, es tu voz
quebrado por tanto silencio.
martes, agosto 12, 2014
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