Tengo un cuaderno que se expresa
a fuerza de tachones,
y no van con versos fijos,
de esos que bien se dicen, cuando no dicen.
Disuena. Disuena como nadie
o como nunca mejor nadie.
Mi cuaderno de tachones azul poético
y de pocos versos - más pocos que casi nada-
no dicen, descubren, develan mis silencios
y me dejan desnudo a golpes de luz
entre escombros y sutilezas, robadas a la luna.
Son tachones que no callan, vociferan;
ahuyentan todo lo que no se lleva el viento
y me dejan varado, donde la noche
se hace con las sombras y las embaraza
de hijos que luego van a nacer entre palabras.
martes, agosto 12, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA CARROÑA
Dios me libre de esos feligreses que vienen de ser carroña asquerosa, que liban a diario los jugos pútridos del verso malogrado ...
-
Arthur Fleck escribe en su bitácora de bromas, reflexiones y desatinos, el simulacro de un poema que, como nunca ni nadie, me...
-
Vos recogiste con ternura pedacitos de mí por todas partes y me volviste a armar nuevamente, hombre, barro y voz, en tu mirada; y me hici...
-
Mientras ese desahuciado intento de astro titilante brilla allá arriba, aquella triste y fascinante mariposa de la noche revolotea más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario