Hija de todas mis noches, eres el alba;
llegas cortando el desvelo sutil
con tu mirada
e iluminando la totalidad de mis deseos,
cuando mi piel toda
te nombra su dueña.
Eres la cifra que susurra el resplandor
y la cálida brisa que corre extasiada,
entre las venas que explotan,
antes, durante y después de los tiempos.
martes, agosto 12, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hasta aquí
Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...
-
Hay una belleza singular en lo feo como hay cierta ternura en la crueldad, reveses de un único gesto que pueden romper el alma de un tira...
-
Usted y yo solemos vibrar con las mismas notas. Yo llego hasta sus labios hecho pedazos y usted me reincorpora y reconstruye de un solo bes...
-
Vengo de pensar en tus labios; en el beso que precede a todos los besos, en el beso primero, en el beso fruto de los excesos, en el bes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario