Tengo un cuaderno que se expresa
a fuerza de tachones,
y no van con versos fijos,
de esos que bien se dicen, cuando no dicen.
Disuena. Disuena como nadie
o como nunca mejor nadie.
Mi cuaderno de tachones azul poético
y de pocos versos - más pocos que casi nada-
no dicen, descubren, develan mis silencios
y me dejan desnudo a golpes de luz
entre escombros y sutilezas, robadas a la luna.
Son tachones que no callan, vociferan;
ahuyentan todo lo que no se lleva el viento
y me dejan varado, donde la noche
se hace con las sombras y las embaraza
de hijos que luego van a nacer entre palabras.
martes, agosto 12, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hasta aquí
Hemos llegado hasta este punto, arrastrados por el deseo mutuo que nos quemaba bajo la piel, en esto de leernos, hablarnos y escucharnos, y...
-
Hay una belleza singular en lo feo como hay cierta ternura en la crueldad, reveses de un único gesto que pueden romper el alma de un tira...
-
Usted y yo solemos vibrar con las mismas notas. Yo llego hasta sus labios hecho pedazos y usted me reincorpora y reconstruye de un solo bes...
-
Vengo de pensar en tus labios; en el beso que precede a todos los besos, en el beso primero, en el beso fruto de los excesos, en el bes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario