AL GUSANO EN MÍ
En ojal del vacío, dejo tu sonrisa colgada por si se me ocurre buscarla, alguna vez. Vez de esas que no doy con paradero fijo y me doy nuevamente con tus recuerdos. Camino; y camino sin buscar un horizonte ni nada que me provoque las ganas de ser. Ya he superado los estigmas del que cree, como si creer fuera una fuerte de propulsión. A veces, cuando la tarde cae en el sueño, adivino tu mirada escrutando en mis errores, y siento, ¡oh, pobre de mí!, como si aún te importasen las llagas de tantas heridas.