Hay una belleza singular en lo feo
como hay cierta ternura en la crueldad,
reveses de un único gesto
que pueden romper el alma de un tirano
con tan solo esa fragilidad
natural y divina de una piedra o el agua.
Así tú, filo de mitologías y tragedias,
vienes a mí sometida y sumisa
como acero bautizado por el veneno.
Valiente yo, como el cobarde más inútil,
vengo a tus noches de silencio temido
con un pecho severo y desbordante de brío
a ejecutar la escena, el templo y los besos.
jueves, abril 09, 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
PALABRITAS AL VIENTO
Éramos como dos palabritas sueltas emprendiendo la épica del viento y, en el vuelo, aprendimos a amar; versos quebrados, dispers...
-
Arthur Fleck escribe en su bitácora de bromas, reflexiones y desatinos, el simulacro de un poema que, como nunca ni nadie, me...
-
Mientras ese desahuciado intento de astro titilante brilla allá arriba, aquella triste y fascinante mariposa de la noche revolotea más...
-
Vos recogiste con ternura pedacitos de mí por todas partes y me volviste a armar nuevamente, hombre, barro y voz, en tu mirada; y me hici...
No hay comentarios:
Publicar un comentario