Me doy en reeditar por enésima vez
una antología variopinta
de lágrimas caídas en olvido
y no he querido omitir
ni una sola de las tantas
de aquellos tiempos
de los ojos rojos-cristalinos.
Sin errores de tipeo
sin "fe de erratas"
sin nota al pie ni discursos ambiguos
queda a disposición de un buen juez
en la vidriera de un viejo almacén de rubros varios.
miércoles, junio 11, 2014
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