Construyó un paraíso de mitologías
en torno a su cuerpo
y no faltaron los crímenes del amor.
Tomó una cuchara
templada en la fragua del desamor
afilada con siglos de espera
la enterró firme y con fuerza en su pecho
y se arrancó
la cajita de todos los fuegos.
Después de varios intentos furtivos
la reemplazó
por el canto dulce de las sirenas
y se dejó seducir
por el centauro que galopa en mis venas.
martes, mayo 20, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA CARROÑA
Dios me libre de esos feligreses que vienen de ser carroña asquerosa, que liban a diario los jugos pútridos del verso malogrado ...
-
Arthur Fleck escribe en su bitácora de bromas, reflexiones y desatinos, el simulacro de un poema que, como nunca ni nadie, me...
-
Vos recogiste con ternura pedacitos de mí por todas partes y me volviste a armar nuevamente, hombre, barro y voz, en tu mirada; y me hici...
-
Mientras ese desahuciado intento de astro titilante brilla allá arriba, aquella triste y fascinante mariposa de la noche revolotea más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario