ENTREGA Y SACRIFICIO

Vos recogiste con ternura 

pedacitos de mí por todas partes 

y me volviste a armar 

nuevamente, hombre, barro y voz,

en tu mirada; y me hiciste otro,

algo que hasta entonces 

había olvidado en la noche 

profunda y oscura del alma,

y en tus manos fui 

pájaro que al alba alguna vez 

cantó la gloria de haber nacido 

nombre entre tus labios y palabras,

y ahora renacía como una plegaria 

de gratitud, entrega y sacrificio.

TODO ARDE

En el horizonte todo arde

-mucho más a mediodía-,

pero el fuego continúa 

llegada la medianoche

y después, todo después,

arrasando con todo y más,

sin que el cielo se conmueva

tan solo una vez más 

luego de ver todo devastado,

en Sodoma y en Gomorra,

pagando por sus pecados,

infectados por radicales 

traidores y come bosta,

e ingratos olvidadizos.

BAJO LA PIEL

Decir que la noche aguarda 

es no saber cuánto de oscuridad 

acecha agazapada tras la palabra,

e inocentemente nos encomendamos 

al poema como el sol 

atraído irresistible hasta las fauces 

de un silencio que se escribe 

en lo que escribo y desaparezco,

en el súbito bostezo de la tarde

cuando sin mascar todo lo devora,

se imprime a pensar de mí el poema 

y todo lo que creí conjugar 

se pierde en un inefable suspiro 

de versos con huesos bajo la piel.

DEL TIEMPO Y SUS SILENCIOS

Hay un ecosistema alterno

que regulariza el movimiento,

ascendente y descendente,

del tiempo y sus silencios;

un augurio que escapa por leve 

hacia la superficie de lo otro 

mucho más elemental y austero,

más redondo y sin bordes afilados,

que en lugar de intoxicar

purifica las formas del misterio,

lo sustrae y lo localiza 

dentro de las propias fronteras.

DESDE SUS RAÍCES

Una vez repleto de nada,

pompas sin relleno ni gozo,

vuelvo resuelto a lo mío,

rincón huérfano de soledades,

de hartazgos de silencios heridos,

abiertos y desangrados, 

al abrazo cálido y tierno,

a la sonrisa transparente y al brillo

de palabras que, aunque no dichas,

llegan hasta el alma y hacen nido

entre ramas firmes y divinas 

cuidadas a diario desde sus raíces. 

SIMPLEMENTE

Simplemente no era el momento,

ni era esta vida ni éramos nosotros; 

simplemente a veces cuesta vida

darnos cuenta de la verdad,

de que estábamos donde estábamos,

con quién y por alguna razón,

y que los sueños no son tal cuál,

y que hay que poner todo de nosotros 

para interpretarlos y asumir 

todas y cada una de las decisiones

que surgen a partir de cada situación,

bien, mal o como mejor podamos.

LOS IMPROVISADOS

De oro enchapada la sonrisa,

la muerte ríe alegre y devora,

ve cómo los improvisados 

a tropiezos limpios buscan 

el verbo donde la ausencia,

la musicalidad en lo cotidiano,

la suerte que nunca encuentran

y, cuando creen haberla alcanzado,

se dan de bruces contra la piedra,

las columnas o la academia.

LA CAÍDA DEL TELÓN

Un tigre al borde de la extinción,

desnutrido por los escasos aplausos,

tira, bosteza y ruge amargamente,

como la risa festiva que los payasos 

se dejaron en el costal del olvido,

muertos antes de ver y oír a los niños

balbucear dentro de las vísceras

de un triste león sin penas ni hambre,

sin domador, sin látigo ni premios,

tras el cierre y la caída del telón.

SIN PASADO NI SOMBRERO

Una mujer sin pasado ni sombrero 

solo mira hacia atrás para tropezar 

y sentir -vértigo de por medio-

que su vida no necesita de apuros,

de toma de posiciones ni compromiso  

para llegar una y otra vez al otro día

y al siguiente, y al otro, sin más pena 

que la gloria fatua que se le escapa 

de las manos lo mismo que los años,

la vida y la existencia intrascendentes.

AUNQUE POR DENTRO MUERA

Ronco bramido de trueno me avisa,

Dios o una bestia divina mediante,

que algo en mí desgarra el pecho,

rompe, raja o me quiebra la voz.

Cántaro o cacharro ya viejo y seco,

bruñido, raspado o lustrado 

por los rayos de algún mísero sol,

acorde tañido por un fiero amor.

Roto de un lado, descarnado del otro,

tacto de ardiente arena en el viento

llenando la superficie de lo gastado,

nuevo parezco aunque por dentro muera.

DENTRO DE VOS

A ratos soy la escarcha 

que viste la piel del monte y vos

el emisario de Dios que llega,

acaricia con su presencia y me hace agua. 

Pero a veces también soy yo 

y vos el espejo donde mi amor se recrea, 

nace de nuevo y esplende 

la maravilla de ser entre los seres. 

Entonces escurro hacia los centros,

y en ese punto equidistante a todo borde

dentro de vos también soy continente,

límite atravesado y gota que apaga la sed.

PALABRAS AFILADAS

No quiero llenar de culpa los huecos 

ni ahondar en dolores mal curados; 

de lo que he sido acaso soy sombra,

mas nunca herida hecha sufrimiento.

Debí perdonarme antes de perdonar 

y, quizás, tardé mucho más que tiempo,

recuerdos tergiversados a machetazos,

golpes, puñetazos, patadas y puñaladas.

En el idioma del cuerpo que acusa

juzgué, condené y me hice presidiario 

de unas memorias de pus rellenas,

álbumes de fotos y palabras afiladas.

POSTAL DEL INSTANTE

De todas las postales de tu boca 

me quedo con las de tus labios

fundidos en el mar de los excesos 

vez que nos ahogábamos en besos.

Me queda el sabor de una partida

y lo atragantado en un nudo fuego 

entre mi garganta y tu pecho

que se abría como alas sin vuelo.

El amarillo que se hacía naranja 

en lo incandescente de tus caderas 

al pasarte la eternidad por el sexo

y hacerla una postal del instante.

PUEDE QUE SEA MAÑANA

Puede que sea mañana -quizás-, 

y que por fin te vea entrar,

o salir como el sol en mis mañanas; 

puede que llegues y seas, amor,

la brisa fresca que traiga la calma

y tu sonrisa sea el amanecer,

rayo de luz diseminado y total, 

que dé brillo a todas las cosas,

a cada momento, antes y después 

de hacernos el amor en una sonrisa,

un gesto nimio o una caricia.

MAJESTUOSIDAD INAPREHENSIBLE

Solo puedo creer en lo que no veo; 

siendo el universo un testimonio 

de la majestuosidad inaprehensible 

difícil de entender sin creer a ciegas.

Veo en todo y cada cosa su presencia,

manifestación, vestigio o huella 

de su grandeza y generosidad

-usted puede llamarle cómo quiera.

Yo no necesito de artificios vanos,

idiomas, palabras, letras o símbolos,

secretos caracteres de una piel 

divina que todo lo envuelve y reina.

ALCANZARLA CADA VEZ

Siempre hay una estrella más,

no digo la más brillante ni vivaz; 

digo la que da sentido al cielo

y el cielo es alcanzarla cada vez. 

Siempre hay una que es única,

una sin la que nuestra mirada 

no tendría más sustento ni paz 

que buscarla y encontrarla,

y dejar de tirar de brújulas,

mapas o astrolabios -sin labios-,

nunca más labios que los suyos 

cuando me iluminan con un beso.

FRUTO SAGRADO

Debí inclinar la mirada de carne

y aceptar el reto de la tierra,

salvar el alma del barro 

y humilde arrojarme al fuego.

Mi mano extiendo al hombre,

al sol echo la historia del cuerpo,

acaricio el blanco semblante, 

y a la memoria en desgaste beso. 

Hijo del verbo fui, y más tarde 

padre de una esperanza nueva, 

sombra de un vuelo y cóndor,

alta montaña y sagrado fruto.

DEJARSE GANAR

No juegues a perderme porque yo

que soy campeón en esas partidas

no necesito adivinar intenciones 

ni quitarme venda alguna de los ojos.

Ganar, a veces, es dejarse ganar,

quedarse en paz y muy tranquilo,

mirar hacia el horizonte sonriente,

y leer en el futuro la posibilidad. 

Y en cuanto en la gloria duermas,

un paso tras otro harás tu camino,

y éste creará un nuevo destino

donde el pasado será más tolerable. 

SEMILLA DE TUS OJOS

A la hora de la verdad, 

hubiese querido poner en palabras 

todo lo que sellé en aquel abrazo 

y decirte todo lo que te amo.

Entonces sentí en el temblor 

de tus manos, pecho y tu voz, 

que nos entendíamos en un idioma 

que ya querrían todas las palabras.

Te reconocí voz en mi mirada 

tocando los verbos y las canciones 

que alguna vez aprendí de vos, 

cuando apenas era semilla de tus ojos.

 

LA HISTORIA DEL HAMBRE

Una mujer frente al espejo 

cubre sus senos y Dios la observa,

pone sus ojos detrás de las manos

-la mira, se mira y en ella nace- 

y desde ahí la invita a aceptarse,

pues el molde del que la hizo 

no tenía por espejo el pudor 

ni el juicio estúpido de los hombres,

tenía frente a sí una ventana,

la amalgama infinita de su Creador,

un tacto desbordante de amor

y la historia del hambre en su mirada.

MARCHAR SIN RETORNO

Lo que me crece por dentro 

tiene la morfología del silencio,

como si fuera el ánima de un Dios 

presente en todas las cosas

menos en el madero o los clavos 

de una cruz que me sangra,

me derrama y llena el cáliz 

a la mesa de mi última cena,

evidencia esta de un beso traidor,

de labios donde puse mi confianza,

mis sueños, mis esperanzas,

y la fortuna de marchar sin retorno.

SOBRE LA SUPERFICIE

Naufrago en la claridad divina

y en el fondo espectral de las cosas 

tu rostro apenas, tu cuerpo todo,

es cifra de un secreto conjugado 

que al tiempo se convierte en verbo 

de luz afilado por las sombras,

o es voz que acaso yace enmudecida 

o aliento que muerde el beso

de labios nunca comprometidos 

a derramarse sobre la superficie 

de escenarios infinitos y austeros 

con más emociones que palabras.

UNIDAD PRIMIGENIA

Tal es la distancia entre el uno y el otro,

tal los caminos que se bifurcan;

uno canta a la primavera entrante 

y el otro la bienvenida al otoño da;

ninguno lleva bajo su piel el encanto 

de haber vivido y reinado en el otro,

ninguno lleva en sí la nostalgia 

de los besos, las caricias y las miradas 

cómplices de una estación templada,

llámenle amor o inspiración sagrada

de convertir lo par o lo múltiple 

en unidad primigenia, origen de todo.

LA COMPAÑÍA

Cuando el amor no es ya 

cosa de noches y de desvelos roncos,

de sábanas agitadas y deseos,

las caricias van del abrazo 

al roce íntimo de unas manos 

que buscan sin sed ni hambre

el calor preciso que da la compañía,

en medio del bostezo sordo 

de la oscuridad, la juventud 

y los excesos, que no abrigan,

no alimentan ni ceden a la ausencia

una vez que los cuerpos descansan.

UN SENDERO ESCULTOR

La parte de mí que se desgranó 

dejó mucho del otro bajo tierra,

semillas en saco seco y rajado 

molidas y pulverizadas al sol,

estación que me desmembró 

de angustias, nostalgias y sueños 

vejados, tullidos y abandonados

en pos de un sendero escultor,

o alfarero especializado en desastres,

un muerto que ya no arrastro 

por no cargar sobre mis espaldas 

el lastre de lo que no he podido.

DESPUÉS DEL HOMBRE QUE FUI

Después del hombre que fui 

increpo mis propias ruinas 

emergiendo como un brote nuevo,

este que voy siendo al despertar

más joven a una entrañable vejez

de gestos ampliamente ensayados,

hijo del padre que me procuré 

como parte de una empresa mayor

de ser el que al fin descansará 

entre la húmeda tierra y el olvido

colmado de amor y piedad

mismas que al otro he concedido.

DÍOS ESTÁ JUSTO AHÍ

Alguien en este preciso momento 

está haciendo el amor despreocupadamente 

mientras otros están muriendo,

otros naciendo, otros luchando,

y otros ni siquiera eso.

Díos está justo ahí,

no frente a ellos sino en ellos,

haciendo el amor, muriendo,

naciendo, luchando 

o ni siquiera eso. 

RELIGARE

En vano intenté huir 

de mis sombras, dolores y aflicciones,

partes todas de una unidad 

que a rastras y a empujones 

me sacaron de un allá hasta un acá,

cuerpo y alma a espaldas del viento,

el destino o mis decisiones,

y hoy hacen de mí este RELIGARE 

frente en alto y humildad forjada

tras mucho tropezar y equivocarme,

vivir, perdonar y perdonarme,

amar, sentir y ya no quejarme.

ELLA PERSISTE EN SÍ

Solo ella persiste en sí 

-como la piedra en la piedra-

y como enseñó Spinoza;

solo en sus sombras se revuelca

e insiste en su normal propensión 

de ser las espinas de la rosa,

o el gesto austero escapando 

por las ventanas antes de ser 

luz de la ternura o unos labios 

abiertos a la humedad sin lluvia,

la semilla de unos años prósperos,

por ser la desaparición y la noche.